El concepto de passivhaus nació en Alemania en los años 80 y desde entonces se ha extendido por todo el mundo, con más de 60.000 edificios certificados. En España, el número de casas pasivas está creciendo cada año, gracias al trabajo de asociaciones como la Plataforma de Edificación Passivhaus (PEP), que promueve la difusión y la formación sobre este estándar. El passivhaus es, sin duda, el milagro de las casas pasivas.

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Imagen con el plano esquematizado de una passivhaus.

Las passivhaus o casas pasivas son viviendas que se caracterizan por su alta eficiencia energética y su bajo consumo de recursos. Estas viviendas están diseñadas y construidas siguiendo los principios del estándar Passivhaus, que es una certificación internacional que garantiza el cumplimiento de unos requisitos de calidad y sostenibilidad. En este post, vamos a explicar qué son las passivhaus o casas pasivas, cuáles son los principios Passivhaus y qué beneficios tienen para sus moradores y el medioambiente.

¿Qué es el estándar Passivhaus?

El estándar Passivhaus fue creado en 1988 por el físico alemán Wolfgang Feist y el sueco Bo Adamson, profesor de la Universidad de Lund. El objetivo de este estándar es reducir al máximo la demanda energética de las edificaciones, tanto de obra nueva como de rehabilitación, mediante el uso de estrategias pasivas de diseño y construcción. Estas estrategias se basan en aprovechar al máximo los recursos naturales disponibles, como la luz solar, el clima o la ventilación natural, y en minimizar las pérdidas de calor o frío mediante un aislamiento térmico óptimo, una hermeticidad al aire adecuada y un sistema de ventilación mecánica con recuperación de calor.

El estándar Passivhaus establece unos criterios cuantitativos que deben cumplir las edificaciones para obtener la certificación. Estos criterios son los siguientes:

  • La demanda de calefacción y refrigeración debe ser menor o igual a 15 kWh/m² por año.
  • La demanda de energía primaria (que incluye la calefacción, la refrigeración, el agua caliente sanitaria, la iluminación y los electrodomésticos) debe ser menor o igual a 120 kWh/m² por año.
  • La hermeticidad al aire debe ser menor o igual a 0,6 renovaciones por hora a una presión de 50 Pa.
  • El confort térmico debe estar garantizado durante al menos el 90% del año, con una temperatura interior entre 20°C y 25°C.

El estándar Passivhaus se puede aplicar a cualquier tipo de edificación, ya sea residencial o no residencial, y tiene tres niveles de certificación: Passivhaus Classic, Passivhaus Plus y Passivhaus Premium. El nivel más alto es el Passivhaus Premium, que implica un mayor grado de eficiencia energética y un mayor uso de energías renovables.

¿Cuáles son los principios Passivhaus?

Para conseguir cumplir con los criterios del estándar Passivhaus, las edificaciones deben seguir cinco principios básicos de diseño y construcción. Estos principios son los siguientes:

  • Orientación óptima: se trata de orientar la edificación de forma que se aproveche al máximo la radiación solar en invierno y se evite el sobrecalentamiento en verano. Para ello, se suelen colocar grandes ventanales en las fachadas sur y este, y se protegen con elementos como voladizos, persianas o vegetación. También se tiene en cuenta la forma y el volumen de la edificación para reducir la superficie expuesta al exterior y mejorar la compacidad.
  • Aislamiento térmico: se trata de envolver la edificación con una capa continua de material aislante que evite las pérdidas o ganancias de calor a través de las paredes, el techo o el suelo. El espesor y el tipo de material aislante dependen del clima y de las características de la edificación, pero suelen ser superiores a los habituales en la construcción convencional. Además, se evitan los puentes térmicos, que son zonas donde el aislamiento se interrumpe o se reduce, como los encuentros entre elementos estructurales o las cajas de persianas.
  • Hermeticidad al aire: se trata de sellar todas las posibles fugas de aire entre el interior y el exterior de la edificación mediante juntas, cintas o masillas. De esta forma, se evita que el aire caliente se escape en invierno o que el aire frío entre en verano, lo que supone un ahorro energético y una mejora del confort. La hermeticidad al aire se mide mediante un ensayo llamado blower door test, que consiste en someter la edificación a una presión determinada y medir el caudal de aire que entra o sale por las filtraciones.
  • Ventilación mecánica con recuperación de calor: se trata de instalar un sistema de ventilación que renueve el aire interior de forma controlada y eficiente. Este sistema consta de dos redes de conductos: una que extrae el aire viciado del interior (de los baños, la cocina o los dormitorios) y otra que introduce el aire limpio del exterior (en el salón, el comedor o las habitaciones). Ambas redes pasan por un intercambiador de calor que recupera parte del calor del aire extraído y lo transfiere al aire entrante. De esta forma, se consigue una buena calidad del aire interior sin perder energía ni confort.
  • Uso de energías renovables: se trata de incorporar sistemas que aprovechen las fuentes de energía renovable disponibles en el entorno, como el sol, el viento o la biomasa. Estos sistemas pueden ser paneles solares térmicos para producir agua caliente sanitaria, paneles solares fotovoltaicos para generar electricidad, aerogeneradores para aprovechar la energía eólica o calderas o estufas de biomasa para generar calor. Estos sistemas permiten reducir aún más la demanda energética convencional y aumentar la autonomía y la sostenibilidad de la edificación.

¿Qué beneficios tienen las passivhaus o casas pasivas?

Las passivhaus o casas pasivas tienen múltiples beneficios tanto para sus moradores como para el medioambiente. Algunos de estos beneficios son los siguientes:

  • Ahorro económico: al tener una demanda energética muy baja, las passivhaus o casas pasivas suponen un gran ahorro en las facturas de calefacción, refrigeración y electricidad. Según algunos estudios, este ahorro puede llegar hasta el 90% respecto a una vivienda convencional. Además, al tener una mayor durabilidad y calidad constructiva, las passivhaus o casas pasivas requieren menos mantenimiento y reparaciones.
  • Confort térmico: al tener una temperatura interior estable durante todo el año, entre 20°C y 25°C, las passivhaus o casas pasivas ofrecen un alto nivel de confort térmico a sus ocupantes. Además, al evitar las corrientes de aire frío o caliente y los cambios bruscos de temperatura entre estancias, se mejora la sensación térmica y se evitan problemas como los resfriados o las alergias.
  • Calidad del aire interior: al tener un sistema de ventilación mecánica controlada con recuperación de calor que filtra el aire exterior, se eliminan los contaminantes, los alérgenos y los malos olores, lo que favorece el bienestar respiratorio y previene las enfermedades.
  • Sostenibilidad: al reducir el impacto ambiental, se contribuye a la mitigación del cambio climático y se preservan los recursos naturales para las generaciones futuras.
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